Tubos Reunidos se convierte en la primera empresa vasca en pedir el rescate al Estado
Ha solicitado 115 millones para hacer frente a la caida por el Covid de la mitad de los proyectos en los que participa
Jueves, 07 Enero 2021
El grupo alavés Tubos Reunidos ha sido la primera empresa vasca -y también la primera cotizada en Bolsa- en solicitar el rescate del Fondo de Apoyo a la Solvencia de Empresas Estratégicas afectadas por el Covid, puesto en marcha el año pasado por el Gobierno español. Solicita un préstamo de 115 millones de euros en dos tramos, uno participativo de aproximadamente 100 millones y otro ordinario -convertible en participativo en 2021- por los restantes 15. Argumenta que el patógeno «ha paralizado de forma temporal más del 50% de los proyectos contratados, así como las nuevas contrataciones en los países de destino de los proyectos, afectados igualmente por la segunda ola de la pandemia a los que destina más del 80% de su producción».
Tubos Reunidos -en pérdidas desde 2015 y que hasta septiembre acumulaba números rojos por 59,3 millones- revindica asimismo su carácter de empresa estrátegica como «tractora de empleo directo e inducido en una zona en claro proceso de reorganización industrial, hacia modelos más sostenible y digitales, y con presencia en nuevos mercados estratégicos». Y remarca su propio valor como compañía «clave para los proyectos industriales de la transición energética tales como renovables e hidrógeno, única en su segmento de actividad en España».
La primera empresa en solicitar el rescate al fondo -dotado con 10.000 millones de euros- fue Air Europa, por 475 millones. Recibió el preceptivo visto bueno del Consejo de Ministros el pasado noviembre. Otras empresas que han reclamado este apoyo han sido la siderúrgica catalana Celsa (350 millones) -con varias plantas en Euskadi, como Nervacero en Bizkaia y la antigua Laminaciones Arregui en Álava-, el fabricante de bienes de equipo asturiano Duro Felguera (120 millones) o los grupos de viajes Globalia y Barceló (240 millones).
Las empresas que acuden a solicitar ayudas al fondo deben presentar un plan de viabilidad y demostrar que eran solventes antes de la pandemia. Con lo que la firma va a estar supervisada por el Estado a través de la SEPI, su brazo armado industrial y el equivalente a la Spri vasca.
Proyectos y descarbonización
El grupo Tubos Reunidos tiene sus principales plantas productivas en Amurrio (Álava) y Trapagaran, en Bizkaia (Productos Tubulares). Ambas concentran la gran mayoría del empleo, que suma 1.400 trabajadores. Ante la caída de la actividad, se encuentran en ERTE. Además, cuenta con otra factoría, TRPT, en alianza con el grupo japones Marubeni, en Nanclares de Oca (Álava) especializada en tuberías ‘premium’ para clientes energéticos. Dispone asimismo de una pequeña planta en Estados Unidos.
La compañía presidida por Franciso Irazusta quiere ganar tiempo con nueva financiación para estar en disposición de coger la ola de la recuperación postcovid. Máxime cuando se está poniendo como base la transición energética descarbonizada, segmento en el que Tubos Reunidos considera que tiene grandes oportunidades. Así, en el curso de la última junta de accionistas del grupo, celebrada a finales de octubre, tanto Irazusta como el director general de la sociedad, Carlos López de las Heras, remarcaron que su prioridad era «preservar la tesorería» mediante la contención de gastos y la negociación de nueva financiación.
Y en ello están. Ahí se inscribe el acuerdo de refinanciación cerrado el año pasado con la banca sobre una deuda de 351 millones; más otro crédito de 15 con el aval ICO y la petición ahora del préstamo de 115 millones al fondo de rescate para los proyectos contemplados en el plan estratégico 2021-2024.
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