El grupo vasco de renovables Haizea ficha a Alantra para captar un socio industrial

El fabricante de torres eólicas busca entre 50 y 150 millones

Ostirala, 2020ko azaroaren 20a

El sector de las energías renovables está al margen de cualquier problema pandémico. El grupo vasco Haizea ha fichado a Alantra para incorporar a un socio industrial que le inyecte fondos propios por entre 50 y 150 millones de euros. El objetivo de la compañía –que fabrica torres eólicas para parques en tierra y marinas (offshore) y cimentaciones para estas últimas– es continuar creciendo, según indican fuentes financieras. Cuenta con accionistas de postín, como la familia García Baquero, dueña del fabricante de quesos del mismo nombre, así como de otros empresarios, entre los que destaca su presidente, Dámaso Quintana.

Promovida en 2017 por el empresario alavés ya fallecido Juan José Iribecampos, que fue presidente de Condesa y fundador del fabricante de generadores eólicos Tecnoaranda, Haizea Wind Group lleva un historial de crecimiento. Pero necesita más capital para seguir con él. Y se han puesto manos a la obra para lograrlo. No lo quieren de cualquiera, además, sino que buscan preferentemente un socio industrial. El objetivo es que tome una participación minoritaria para apuntalar el crecimiento del grupo, si bien se plantean también otras opciones.

Entre los actuales accionistas, además de la familia de la marca de quesos, con un 14,9% del capital, destaca la Previsión Mutua de Aparejadores y Arquitectos Técnicos (Premaat), con un 15,8%, según los datos que constan en las últimas cuentas depositadas en el Registro Mercantil, correspondientes a 2018. Desde su creación, hace apenas tres años, los socios han inyectado unos 80 millones de euros. Ahora el banco de inversión que preside Santiago Eguidazu es el encargado de encontrarle un aliado adecuado.

La compañía fue fundada en 2017, pero comenzó su carrera en mayo de 2018, cuando inauguró una planta para la fabricación de torres eólicas y estructuras marinas en Puerto de Bilbao con una inversión de 60 millones. Entonces empleó fondos propios y un préstamo bancario por 14 millones. También obtuvo un crédito de 10 millones del fondo de private equity Ekarpen promovido por el País Vasco.

El negocio principal de Haizea es la fabricación de torres eólicas y cimentaciones para instalaciones en el mar (offshore, en la jerga) y tiene firmados acuerdos con Siemens Gamesa y Vestas. Además de en España, la compañía cuenta con actividad en Arabia Saudí y Argentina a través de cinco filiales con las que despliega su actividad: Wind, Sica, WEC, Tecnoaranda y una joint venture en alianza con la compañía de Arabia Saudí Al-Babtain. A través de esta última han abierto una fábrica este mismo año en el país para el desarrollo de una instalación totalmente dedicada a la ubicación de torres. Ahora la firma se encuentra en un proceso de crecimiento de su facturación, ebitda y fondos propios. “Son una compañía joven pero con un crecimiento potente, con fuerte apoyo de los socios y un plan industrial a desarrollar”, señalan fuentes financieras.

Haizea cerró 2018 con unos ingresos de 3,12 millones y un beneficio de 9,44 millones, de acuerdo a sus últimas cuentas depositadas en el Registro Mercantil. La compañía prevé cerrar este año con una facturación por encima de los 120 millones. Prevé superar los 150 millones el año que viene y los 200 millones en 2022, según las fuentes consultadas.

A 31 de diciembre de 2018 la compañía contaba con 44,77 millones en deuda financiera bruta y 11,2 millones en caja. La mayor parte de su pasivo con entidades de crédito correspondía con una de sus filiales: Grupo WEC. Se trata de una sociedad que adquirió Haizea en 2019, dedicada a la fabricación de grandes componentes de fundición para el sector energético. Antes de la pandemia los planes de Haizea pasaban por alcanzar los 400 millones en facturación gracias a esta adquisición.

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